El Sagrado Corazón de Jesús y las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad
En el silencio fecundo de una casa vacía, sin puertas ni ventanas, nacía una llama que hoy sigue encendida en tantos rincones del mundo. Era el 28 de junio de 1915 cuando Giuseppina Valdettaro llegaba a Tortona. La esperaba una misión y un altar: el del Sagrado Corazón de Jesús. La casa de San Bernardino estaba siendo preparada, en medio de la pobreza más real y de una fe que no se improvisa. Al día siguiente, 29 de junio, fiesta de San Pedro, Don Sterpi bendecía ese humilde lugar y celebraba la primera Eucaristía. Así, en medio de la precariedad material y la abundancia de fe, nacía la Congregación de las Pequeñas Hermanas Misioneras de la Caridad, fundada por Don Orione. No hubo discursos. No hubo multitudes. Solo unos pocos nombres, una ramita verde para bendecir con agua el lugar y el Corazón de Jesús reinando desde el primer día. Esa imagen sigue allí. Y con ella, una historia de caridad que brota del Corazón traspasado. El g...