El amar de Jesús

Jesús no se acerca a las personas buscando su propio interés, seguridad o bienestar, su estilo de amar es bien distinto, inconfundible. Solo piensa en hacer el bien al otro, ofrecer amistad, ayudar a vivir. Después de todo, dice el Apóstol Pedro que: «Pasó haciendo el bien». Y su amor se destaca por lo servicial, porque se puso (y se pone) al servicio de quienes más lo necesitan. Su corazón hace sitio a aquellos que no lo tienen en ningún lado: los pequeños, los débiles, los rotos, los desamparados. Esa clase de amor es la que debería distinguirnos si queremos seguir sus pasos: un estilo de proximidad a quienes más nos necesitan. Algo para no olvidar...